Cosas que no utilizaste: revelaciones de personalidad

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julio 13, 2014
Cada final de temporada del proyecto 333 reviso todas las prendas que había seleccionada para decidir cuáles seguirán en la nueva temporada, cuáles las guardaré por cuestiones de cambios e clima y cuáles no seguirán conmigo. Y cada vez me doy cuenta que ha habido una o dos prendas que no he utilizado durante los últimos tres meses. A pesar de solo tener 33 prendas (o menos) en el armario, sigo evitando una u otra prenda, aunque sea de forma inconsciente. En la temporada de primavera 2014 fueron tres las prendas que no salieron del armario: un vestido, un chaleco y un blazer. El vestido tenía razón lógica: no hacía tanto calor en primavera como pensaba. ¿Y las otras dos prendas?

Si no te queda perfectamente, no te queda

chalecoEl chaleco había sido un experimento. Nunca había llevado este tipo de prenda. Lo había heredado y decidí probar si lo pudiera incorporar en mi armario. Me gustaba la idea de tener una prenda diferente, que combina la elegancia con un estilo algo alternativo. En mi imaginario lo combinaba con mi vestido turquesa o con mis vaqueros, aumentando la versatilidad de mi armario. En la vida real me quedaba un poco grande. Sí, me la puse dos o tres veces (como se puede apreciar en las fotos de la tienda vacía – enlace), pero siempre me quedaba con la duda de que realmente me veía bien. Acostumbrada a los cortes más ceñidos, me sentí incómoda y me pasaba el tiempo ajustando mi vestimenta, algo poco habitual en mi. Así que el chaleco tendrá que salir de mi sección de prendas. Quizás un día en su lugar acepte un chaleco que realmente sea de mi talla. No es el tipo de prenda que descarto, sino este chaleco en concreto. Si algo no te queda a la perfección, no vale la pena que pierdes energía con ello.

Imagen y personalidad: ¿quién eres y quién quieres ser?

blazerLa otra prenda que no volverá al circuito de mis selecciones es el blazer blanco de rayas. Pensaba que sería una gran adición a mi armario para lucirlo en reuniones con proveedores o clientes. Convierte hasta un par de vaqueros en una vestimenta de oficina. Resumiendo: me lo puse ni una vez. Mis sesiones de coaching se realizan por escrito o por skype. En las catas de té y en mis charlas necesito más movibilidad de lo que tendría con un blazer. Y como chaqueta prefiero una de verdad que me cubre hasta el cuello. Tengo el lujo de que las personas antes de encontrarme generalmente ya tienen una idea sobre quién soy. Quién lee mi blog no me imagina en traje y corbata. Mi marca de té es exclusiva pero desenfadada. No hace falta que me disfrace para impresionar a nadie. Me va mucho mejor seguir auténtica. ¿Qué prendas tienes que no te quedan o no encajan con quién eres? ¿Te atreves donarlas para abrir espacio para tu yo verdadero?

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