Conclusiones casi finales del Proyecto 333

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marzo 23, 2011
Lavadora completamente cargada Foto vía

Cambios en la lista

Lo primero, anunciar un par de cambios en mi lista:
  • Como ya ha llegado la primavera al Corte Inglés, y dado que no voy a utilizar trajes más que de manera muy ocasional en las próximas semanas, he decidido sustituir uno de los trajes por la cazadora marrón que tenía en la reserva.
  • Por otro lado, la camisa gris de manga corta ha caído en combate. Tengo que decir que no puedo quejarme, es una camisa que le “robé” a mi padre cuando dejó de usarla y todavía me ha aguantado bastante tiempo. La he sustituido por otra camisa de manga corta (aunque no estaba en reserva).
Como ya dije al iniciar el proyecto, mis playeros “cómodos” van a jubilarse. Los pobres están ya dando sus últimos esfuerzos por seguir con vida, pero no sé si les quedará mucho tiempo. Después de haber acumulado el polvo de varios países, tengo que decir que creo que son los playeros que más me han durado en toda mi vida.

Puntos negativos del proyecto

Ya han pasado 2 meses y medio desde que comencé con la aventura del Proyecto 333, y me ha dado tiempo a ver tanto los pros como los contras, y no todo van a ser flores. Durante estos 3 meses de proyecto, mi peor enemigo ha sido la lavadora. Me explico: suelo lavar la ropa una vez por semana, lo que me permite tener ropa suficiente tanto para mi día a día como para hacer deporte sin mayor problema. El caso es que por algunos imprevistos no pude poner la lavadora cuando “tocaba” y eso me obligó a tener que secar a mano alguna camiseta para poder ponerme. En general, sigo opinando que 33 piezas de ropa son suficientes para tu día a día (sin contar ropa de deporte ni ropa interior). Mi problema ha venido por tener que meter en el mismo saco otras cosas que utilizo de manera muy puntual (en mi caso, trajes, corbatas, zapatos y un abrigo de vestir). Esto hace que se pierda “un poco” de variedad o posibilidades. Y, como me ha pasado a mí, se corre el riesgo de tener que secar a mano las cosas. Tengo que reconocer que hubiera podido ponerme alguna de las camisas que uso con traje, pero la verdad que no es ropa con la que me encuentre cómodo para mi día a día. Quizá también haya llevado demasiado lejos la “fidelidad” al proyecto, puesto que según las reglas de la propia creadora el objetivo no es sufrir con la experiencia, sino aprender. Pero digamos que cuando me apunto a algo me gusta asumir las consecuencias.

Minimalismo vs Eficiencia

Mi experiencia (o problema) respecto a la lavadora me han hecho plantearme hasta qué punto es ético o, mejor dicho, ecológico esto del minimalismo. Hablo de mi caso particular porque comparto piso y las lavadoras las hacemos por separado, es decir, sólo pongo la lavadora con mi propia ropa. Si vives con tu familia y laváis la ropa de todo el mundo a la vez, supongo que esto no representa un gran problema. El hecho de tener poca ropa puede llevarte a tener que poner un mayor número de lavadoras, cada una con menos carga, con lo que estás aumentando el gasto de agua. Para mí, es una cosa a reflexionar (a menos que seas sólo minimalista y el medio ambiente te dé igual, claro). Según Google, una lavadora normal puede necesitar hasta 200 litros de agua (no conocía el dato, ¡qué vértigo!). Si en vez de poner una lavadora cada semana (es decir, 2 en 2 semanas), necesito poner un total de 3, es decir, una más cada dos semanas (para hacer los cálculos fáciles), y contando que el año tiene 52 semanas de media, estaré “tirando” un total de: 200 litros por lavado x 52 semanas x 1 lavado de más / 2 semanas = 5200 litros. Para que os hagáis una idea de la magnitud que representa, 2 litros de agua es lo que necesita consumir un humano para vivir durante un día. Como siempre digo, para mí el minimalismo es un camino y no una meta en sí misma, y creo que en cuestión de la ecología y la sostenibilidad aquí hemos encontrado un problema (al menos en mi caso concreto, claro), en el que debe vencer la batalla la sostenibilidad y la eficiencia. Eso no implica que vaya a salir ahora mismo a comprarme 40 piezas de ropa para tener 70 o 100, pero sí que hay que buscar un punto óptimo de equilibrio entre tener no demasiada ropa y no perjudicar más aún el medio ambiente.
¿Habéis tenido alguna experiencia en la que la tendencia a tener pocas cosas os haya llevado a un punto de ineficiencia o anti-ecologismo, como en este caso que cuento?
Entrada original en Radio KBHR: Vida en las ondas

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