6 meses con el Proyecto 333

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junio 20, 2011

El tiempo pasará…

Después de decidir continuar en esta segunda ronda del proyecto 333 he mantenido “silencio radiofónico” al respecto. Y el motivo principal es que tampoco no he tenido mucho que contar realmente. Tras una primera fase de “adaptación” en la primera edición, esta segunda fase, en la que he podido incluir más ropa que en la primera tras haber encontrado trabajo, me ha deparado más bien pocas sorpresas. Tras estos 6 meses de aprendizaje, la verdad que, si bien no me quemado, sí que he echado de menos ponerme cierta ropa. Como ya comenté en artículos anteriores, me gusta cambiar de aspecto en función del estado de ánimo y hubo días que me apetecía poner ropa que no estaba en la lista. Sobre todo, eché de menos cosas que no suelo poner mucho (y por tanto no entraron en ninguna de las dos listas) pero que sin embargo hacen fondo de armario y me gusta poner cada cierto tiempo.

A veces, el estilo cuesta. Foto vía

Conclusiones

Aún así, todos estos meses me han servido para sacar un par de conclusiones. En el lado más positivo:
  • Realmente no necesitas más de 33 prendas de ropa para tu día a día (o al menos no muchas más).
  • Si participas en el proyecto y cambias la lista cada 3 meses, de manera que puedes adaptarte a la estación y poner y quitar algunas prendas, tienes flexibilidad suficiente para llevarlo a cabo durante bastante tiempo.
  • Es mucho más sencillo y rápido escoger ropa por la mañana. Lógicamente, al tener menos variedad la lista de cosas por mirar acaba antes. Si además estás al final de tu “ciclo de lavadora” la lista es suficientemente escueta como para que no tengas que pensártelo dos veces.
En el lado negativo:
  • En esta segunda edición eché de menos tener alguna camiseta más para poder combinar la ropa de manera diferente. Debido al tiempo veraniego que estamos viviendo por aquí escogí un par de camisas de manga corta en lugar de camisetas y, aunque realmente no las he “necesitado”, tampoco me hubieran venido nada mal.
  • Cinturones: soy una persona que necesita cinturones en la mayor parte de sus pantalones. Pero claro, no quería gastar 4 o 5 “huecos” de la lista en todos los cinturones que uso, así que me quedé con 2. Parece una tontería, pero cuando buscas algo de ropa rápido por la mañana muchas veces acabas tirando del pantalón en el que está en el cinturón por pura pereza.
  • Si en tu trabajo normalmente vas de una manera informal pero necesitas asistir reuniones de vez en cuando (y por tanto llevar traje) la cantidad de ropa “disponible” se reduce mucho. Incluir camisas, corbatas y zapatos (además de los trajes) que normalmente no vas a usar más que en ocasiones puntuales “duele mucho” al hacer la lista de las 33.
  • Tener menos ropa implica que, por necesidad, tendrás que poner la lavadora más a menudo y, posiblemente, con menos carga, lo que va en contra del medio ambiente. Yo tiendo a poner 1 lavadora por semana y con el proyecto 333, cuando me despisté alguna vez y puse la lavadora un par de días después de lo normal tocó usar el secador.

Así son las cosas, y así se las hemos contado

Como ya dije en su momento, el proyecto 333 es una de esas cosas que todo el mundo debería probar al menos una vez en la vida. Lo mejor es que te hace más consciente de la cantidad de ropa de tienes y de la que realmente necesitas. Si echas cosas en falta es porque las usas. Pero si no las echas de menos igual deberías plantearte deshacerte de ellas a largo plazo. Por otro lado, a menos que tengas una vocación fuerte por un minimalismo más radical creo que no pasa de eso, de una experiencia con fecha de caducidad, con su lugar y su momento pero no para toda la vida. Debido a todas las razones que expongo en los párrafos anteriores, he decidido no seguir con el experimento. No lo estoy llevando mal pero tengo que decir que tengo un montón de ganas de que llegue el día 1 de Julio para volver a usar la ropa que no he usado en estos últimos 3 o 6 meses. ¿Volveré a participar en una experiencia similar? Pues tengo que decir que no lo sé a ciencia cierta. Creo que, al menos durante otros 6 meses, no lo haré. Y, considerando mis hábitos como consumidor (que considero bastante conscientes en general) no necesito volver a hacer el mismo experimento. ¿Qué más experimentos minimalistas puedes hacer? Una de las experiencias que más cambió mi vida en todos los aspectos (y en darte cuenta de lo poco que realmente necesitas muchas cosas) fue el Camino de Santiago. Lo he hecho un par de veces y, lo hagas con mochila o sin mochila, es un auténtico ejercicio para aprender a vivir 10 días con lo realmente INDISPENSABLE. Como me dijeron a mí: lo necesario, cuando pesa, deja de ser necesario.
A los que participasteis en la primera edición pero no en la segunda: ¿habéis pensado en volver a repetir experiencia en el futuro? Y para los que habéis seguido con la segunda edición también: ¿han cambiado estos últimos 3 meses vuestra perspectiva sobre el proyecto?

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