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Cambios hacia un consumo consciente

[Entrada original en ValeDeOro - Sostenibilidad y Minimalismo]

El proyecto 333 es un experimento en un espacio de tiempo determinado. Se trata de utilizar 33 prendas y accesorios durante 3 meses. El número no es lo importante tan solo es el punto de partida para una reflexión sobre nuestros patrones de consumo. Puede que sea mucho o poco aunque el número no es lo importante. [Aquí puedes recordar las reglas.]

Nunca me he adherido al reto de las 100 cosas (por las razones que aquí comento). Es un ejercicio maravilloso para muchos, pero también es muy excluyente y en muchas ocasiones acaba en una guerra de números (¿es mejor una persona que tiene solo 79 cosas que una que tiene 100?) con discusiones sobre cuáles son cosas personales y cuales no, y con un cierto sentido de superioridad por parte de los participantes hacia los que “no lo entienden”.

Quiero llegar centro de la sociedad, porque es allí dónde se dan los cambios. Quiero motivar a que las personas se replanteen su forma de consumir pero sin condenarles ni exigirles acciones que, desde su punto de partida son inviables. Si mi vecina tiene un piso de 80m2 con el equivalente a 30 años de consumo en las diferentes habitaciones, no servirá de nada que yo le diga que debería minimizar sus pertenencias. La misión es atacar una parte del consumo primero, y aprovecharse del hecho de que los cambios de hábito son contagiosos.

El proyecto 333 es una forma de captar personas que están listas para pasar a la acción, aunque sea para probar si el estilo de vida sostenible es posible. 33 prendas significa que aunque tenga que escoger con cuidado, no tendré que pasar vergüenza frente a mi círculo social si decido no contarlo. 33 prendas suena mucho, lo que amplía la lección aprendida de sacar todo fuera del armario y empezar a contar. Muchos, (incluso yo misma), pensábamos que no llegaríamos ni a 33 prendas, para después acabar escondiendo una caja llena de ropa en el sótano. La lección aprendida de “tengo mucho más de lo que necesito” es más duradera con este método.

3 meses es un tiempo razonable. Hasta el más escéptico es capaz de comprometerse por un tiempo limitado. A diferencia del reto de las 100 cosas, el proyecto 333 es una forma excelente para iniciarse en un estilo de vida más simple. Pero mientras las 100 cosas postulan un todo o nada, el proyecto 333 es un primer paso que invita a analizar las própias acciones mientras paulatinamente se va formando un hábito. Un hábito simple tan sólo necesita 30 días para formarse, pero un hábito complejo (y la ropa es bastante compleja) requiere una media de 66 días.

Imagina el impacto de tres meses viviendo con menos ropa. Imagina el impacto de tres meses sin comprar ropa, ni siquiera durante las rebajas. El efecto psicológico positivo puede ser inmenso, y a lo mejor puede que haya un efecto dominó hacia otras áreas de tu vida diaria.

Que un grupo de minimalistas cambia de consumo no tendrá mucho efecto, pero si conseguimos que nuestros vecinos, amigos, familiares y conocidos se unan a un proyecto como este para practicar una vida más simple, aunque sea en forma de reto, entonces habremos dado un gran paso hacia un mundo más sostenible con menos despilfarro y menos obsoléscencia.


Entrada original en ValeDeOro – Sostenibilidad y Minimalismo

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