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Proyecto 333 en Otoño

[Esta entrada fue publicada originalmente en Wellness Juice. Lea también el relato de como todo empezó.

Muchas sabréis que empecé el Proyecto 333 el pasado mes de julio para la temporada de verano. Lo hice por empezar a ser consciente de lo que se esconde detrás del consumo indiscriminado de ropa y también por simplificar mi vida. Quedé tan satisfecha, que decidí continuar con el Proyecto 333 en otoño (y os cuento un secreto: me aporta tantas ventajas que creo que voy a hacerlo de por vida…) wellnessjuice

Resumen del Proyecto 333 verano

He de decir que me he pasado casi todo el verano en el gimnasio, así que la mayor parte del tiempo iba vestida “de deporte”. Sin embargo, he pasado el resto de los días con ¡3 vestidos, 2 pares de zapatos y un bolso!

¿Y qué hice con las prendas que faltan hasta los 33? ¿Se quedaron en el armario? Pues básicamente sí. De la ropa elegida hubo unas cuantas prendas que no usé porque cometí los siguientes errores:

1- No probármela antes de elegir las prendas

Como os conté, en junio hice una preselección de la ropa que había en mi armario y el montón “sí” iba a destinarlo a la ropa que usaría en verano. Acababa de venir de otro país y al poco tiempo tenía que volver a mudarme aquí en España. Hice la preselección con lógica y pensando en cada una de las prendas pero así como tuve el montón del “sí” lo metí en una maleta y me lo llevé a mi nueva residencia. Cuando fui a vestirme con algunas de las prendas que había elegido, me di cuenta de que había engordado un poquito y ya no eran ponibles. Así, retiré 5 prendas y me compré un vestido de Calzedonia para sustituirlas. Aquí pequé, porque me he propuesto comprar productos españoles y Calzedonia es una empresa italiana. Punto negativo, lo sé.

2- No pararme a pensar que hay cosas que, debido a mi edad, ya no puedo usar

Había seleccionado dentro de las 33 prendas unas sandalias planas, pero mis pies ya no son lo que eran. Puedo llevar zapato plano pero no con una suela tan, tan fina. Directamente me deshice de ellos (cuestión de salud) y me compré otros con la suela más gorda. Las nuevas sandalias en cuestión eran las Havaianas y aunque tampoco son españolas, al menos tienen un apartado de responsabilidad social en su web.

3- Elegir prendas de colores “difíciles”

Cuando tienes mucha ropa dispones de toda una gama de colores en tu armario y puedes elegir el que te plazca, pero cuando tienes que reducir tu vestimenta a unos cuantos colores, la cosa cambia. Yo elegí prendas con colores veraniegos que, estando morenita, quedan muy bien: blancos, maquillajes, dorados… El problema surge cuando no lo estás, que es lo que me sucedió a mí y por eso algunas prendas se quedaron colgadas en el armario y no vieron la luz en todo el verano.
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A tener en cuenta en próximos 333

- Anteponer la calidad y comodidad de los zapatos a que sean bonitos. Esto ya llevo practicándolo hace tiempo, y estas sandalias negras que retiré han sido una de las últimas remesas que no cumplían esto.

- Elegir prendas que combinen entre sí. De esta forma, además de evitar que nos identifiquen con los estilismos de Britney Spears, no tendremos la “necesidad” de comprar más para ir combinadas.

- La ropa de “salir” la utilicé solamente una noche en todo el verano. Me di cuenta de que para mí, salir de copas en plan elegante es una situación que se da muy pocas veces (o ninguna… ¡para que nos vamos a engañar!) en cada temporada. Así que he decidido que para próximos 333, dejaré este tipo de ropa fuera de las 33 prendas.

Proyecto 333 en otoño

La preselección de la ropa de invierno ha sido más larga que un día sin pan. Vivo entre dos ciudades y solo podía meter la mano en el armario cuando volvía a mi casa, donde tenía los montones y montones de ropa acumulada. Me lo he tomado con filosofía y he ido poco a poco (todo lo que dan unas pocas horas dos fines de semana al mes) pero a día de hoy ya puedo abrir las puertas del armario sin acto seguido cerrarlas de golpe como si toda una legión de gremlins estuviera esperándome para devorarme.
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¡¡Ya puedo decir que mi armario empieza a parecer un armario wellness!! La paz que siento cuando voy a coger algo (y lo encuentro enseguida y además me lo pongo y me gusta) compensa con creces el esfuerzo realizado.

Debido a que he dedicado estos dos meses a seleccionar la ropa, he hecho el 333 de otoño a mi manera y he decidido usar las prendas con las que más cómoda me sentí el invierno pasado. ¡Y no ha fallado! A las escépticas que creéis que no se puede vivir con 33 prendas, he de deciros que en lugar de 33 estoy viviendo con 24 prendas (incluidos bolsos y zapatos) y ¡estoy la mar de feliz!

Me he comprado unas botas que necesitaba pero ahora sí que sí…. Son Panama Jack ¡¡made in Spain! Y es que me he propuesto consumir todo tipo de productos hechos en España.

Ahora solo me queda acabar de buscar salidas para toda esa ropa que ya no me sirve. Espero poder contároslo muy pronto ;)

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