Buscando en el baúl de los recuerdos

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febrero 13, 2011

Quién te ha visto y quién te ve

Después de hacer un resumen de mis primeras experiencias con el Proyecto 333, y siguiendo el post de Valentina Thörner acerca de su propia imagen, me he parado a pensar sobre la imagen que doy al mundo. Mirando la ropa que he dejado atrás y las cosas que he decidido tirar, me dí cuenta de las prendas que tenía y con las que ya no me sentía yo mismo. Esa ropa que has comprado hace años, que incluso puede haber sido una de tus prendas favoritas, pero que por alguna razón la ves en el armario y siempre pasas de largo. ¿Por qué? Porque esa ropa ya no eres túEs un recuerdo de tu yo del pasado, de la Universidad, del colegio, de otra ciudad. Otros paisajes y otros tiempos que hoy no son más que un par de anécdotas para contar delante de una cerveza. Y, con un poco de suerte, de momentos que han forjado tu alma hasta ser quien eres hoy. Esa ropa es un recuerdo de lo que fuiste y de lo que pudiste ser. Ese “yo” al que miras con ternura y/o tristeza, como esas fotos que sacas de vez en cuando para recordar. A veces es ropa que directamente ya no nos vale, porque nos queda pequeña o grande, fruto de los cambios de moda (hoy en día se lleva todo más ajustado que hace años) o de volver al camino sano del deporte. ¿Quién no recuperó años después una camiseta XXXXL de los 80 o una cazadora con hombreras de un herman@ mayor? La vida pasa, y nosotros cambiamos con ella.

¿Qué hacer con los restos?

El minimalismo orienta a no acumular cosas sin sentido. Yo creo que es positivo que no ocupe espacio en tu armario ni en tu mente. Siempre puedes degradar alguna cosa a ropa de deporte o pijama (esta semana tuve que degradar una de mis camisetas favoritas, snif snif). Siendo fiel al minimalismo más puro, si no lo reutilizas supongo que la opción “adecuada” sería deshacerte de ella. Siempre hay alguien que la necesita más que tú. Dónala a una parroquia, a una ONG o a lo que se te ocurra, pero transforma algo inútil para ti en el tesoro de otra persona. Otra opción es…. acumularlo en un baúl, trastero o similarLa moda vuelve, es cíclica, y no es raro que puedas reutilizar una prenda de ropa que tus padres usaban de jóvenes. Por supuesto, siempre es riesgo. Pero también puede ser interesante como experimento: comprobar si aguanta el paso de los años, cuando todo se fabrica para durar poco. También puede ser gracioso ver la forma en la que vuelve la moda de hoy en día dentro de 20 o 30 años. ¿Os pasa lo mismo a vosotros, que acumuláis ropa que ya no ponéis porque no os sentís vosotros? ¿Qué hacéis con ella, la guardáis o la donáis?

3 Responses

  1. ana dice:

    Hola les cuento que yo trabajo en dos ong y alli se montan roperos comunitarios de lo mas surtidos, uno es gratis y en el otro se vende la ropa a un peso irrisorio ( 1 0 2 pesos argentinos por prenda que equivale a 1/4 de dolar), asi que toda la ropa que nosotros no ocupamos va a parar a cualquiera de los roperos. saludos a todxs.

  2. Si, la labor que se hace en esos sitios es muy meritoria. En España por ejemplo conozco la labor de gente de Caritas, que también tiene un ropero muy grande para ayudar a gente que lo necesita.

    Muchas gracias por tu comentario Ana :).

  3. […] siempre coincide con un cambio de estación, te ayuda a revisar toda la ropa y así evitar las joyas del armario que suelen acumularse en algún rincón […]

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