Analizando el idioma: mis botas maravillosas

[Artículo original en ValeDeOro - Sosteniblidad y Minimalismo]

El lenguaje es una herramienta muy poderosa. Decir que el vaso está medio lleno en vez de medio vacío, no solo es un juego de palabras, sino que cambia nuestra percepción del mundo. Si no lo crees, intenta no utilizar durante una semana las palabras “Debería, tengo que, debo” y sustitúyelas por “quiero”. Parece un ejercicio algo tonto, pero las palabra tienen mucho poder a la hora de percibir las situaciones.

Las palabras también pueden servir para ajustar percepciones.

Tengo un par de botas maravillosas, son de cuero rosa con un montón de adornos, son excepcionales y es difícil que pasen desapercibidas. Como están entre mis 33, ahora las estoy utilizando más que nunca. El otro día me encontré una conocida en el parque y pasó lo siguiente:

“Que chulas estas botas, pero… no las llevabas el año pasado también?” Me hace pensar, porque el uso de “pero” indica que mis botas serían más chulas si no las hubiera llevado el año pasado o que de alguna manera el hecho de llevar las mismas botas este año, sólo es perdonable porque tienen un aspecto excepcionalmente bueno. No creo que mi colega lo hubiera dicho con mala intención, sino que simplemente estamos acostumbradas a “cambiar de armario” dos veces al año.

Le respondí, “Verdad que son excepcionales? Y fíjate que a pesar de que me casé con estas botas hace 4 años, las sigo usando todos los inviernos y siguen impecables. Eso sí que es una buena calidad de material y de acabados”. Con esta frase he cambiado el hecho de que las botas tengan más de un año de antigüedad como una desventaja, a un distintivo de calidad. ¡Y funciona! La conversa se dirigió hacia la calidad de la ropa y los complementos hoy en día, que marcas son más duraderas, y cómo saber qué comprar.

No creo que haya hecho una gran diferencia a nivel de comportamiento, pero sí creo que he conseguido que una persona se replantee su percepción de la calidad en función de la edad (en vez del estado) de las cosas. Es parte de mi objetivo para este proyecto333, porque para hacer el paso desde la obsolescencia programada hacia un consumo responsable no solo hacen falta productos que no se rompan tras un tiempo determinado, sino que hace falta un cambio de conciencia a nivel social para que no tenga que preocuparme de si alguien se da cuenta de que estos zapatos ya los he llevado la temporada pasada. La ropa debería juzgarse basándonos en su estado y su calidad, y no en el hecho de si cierto color es el de esta temporada o de la temporada pasada.

Y sigo estando orgullosa de mis botas rosas.

¿Alguna vez te han criticado por reutilizar ropa?


Artículo origina en ValeDeOro – Sosteniblidad y Minimalismo

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